Le dice que no le ha escrito antes por problemas de salud y porque su mecanógrafa, Manolita Mora, estaba en Sevilla, donde tuvo la oportunidad de conocerle. Además, le da la enhorabuena por sus éxitos como profesor del Conservatorio y por su labor como locutor de radio y le obsequia con un ejemplar dedicado de su librito Stella Matutina. Se despide alabando las virtudes de la ciudad de Sevilla y contándole brevemente su situación laboral presente