Segovia comenta a la viuda de Esplá, que en una de sus últimas cartas, éste le había mencionado que quería editar en Milán unas piezas musicales, y que ella se encargue de preguntarle al presidente de la Unión Musical si da su autorización de editarlas transcritas a la guitarra por él, cediendole a ella todos los derechos. Además, expresa su alegría por estar ocupando el puesto de Esplá en la Academia